Constelaciones sistémicas en grupos

El cliente posiciona ahora a los representantes en la sala en función de la imagen de las relaciones que se haya creado: aquellos que siempre se pelean, casi siempre, de espaldas y con gran distancia entre ellos, los verdaderos amantes se colocan cerca, los marginados lejos de los demás, etc… Aquí se revela la imagen de la relaciones internas del cliente.

La consteladora les pide ahora a los representantes que apaguen su mente, se relajen y se abran a los sentimientos, imágenes o frases que les vengan durante esta percepción representativa. Según la concepción de las constelaciones familiares, todos los participantes se encuentran en el campo energético del sistema familiar del cliente, en el que se almacenan todas las emociones perceptibles de los miembros de la familia, como las canciones de un CD.

A continuación, la consteladora pide a los representantes que sigan y expresen los impulsos que sientan. La imagen de las relaciones empieza a moverse: un representante cambia de posición y se pone al lado de otro representante, otro se da la vuelta y abandona el círculo, un tercero posiblemente se tumba en el suelo. También estallan las emociones: alguno rompe a llorar, a otro le invade la rabia y aprieta los puños, un tercero se queda mirando fijamente un punto en el suelo como si estuviera paralizado. La consteladora les pide que pongan en palabras lo que están sintiendo. Es aquí donde se muestra el movimiento interno del sistema familiar y también donde está estancado y representa la carga del cliente.

En este llamado «movimiento del alma», el sufrimiento de los miembros de la familia, estén vivos o muertos desde hace tiempo, y su conexión con el conflicto del cliente se hace evidente. Se le denomina como un «enredo». El objetivo de la constelación es restaurar el orden del sistema familiar, hacer que el movimiento del alma fluya de nuevo y así liberar al cliente de esta carga para que pueda así vivir su propia vida.