En las últimos décadas, muchos padres mantienen una actitud abierta ante una homeopatía infantil. Es una opción de acompañamiento suave al embarazo, la infancia, la niñez e incluso la adolescencia.
Homeopatía infantil
Estructura del sistema inmunológico
En el útero, el bebé está protegido por el sistema inmunológico de la madre. Inmediatamente después del nacimiento, durante la lactancia, la leche materna sigue protegiéndole contra algunos patógenos porque contiene los anticuerpos maternos. Esta protección va disminuyendo gradualmente en los meses posteriores, para que el organismo del niño vaya construyendo su propio sistema inmunológico. Esto sucede al entrar en contacto con los gérmenes del medio ambiente y provoca la creación de anticuerpos propios contra estos gérmenes, entonces el organismo del niño sufre una amplia variedad de infecciones. Por lo tanto, este proceso es importante para el desarrollo del sistema inmunológico del niño y debe producirse sin que se descontrole.
Desafíos emocionales
Los acontecimientos emocionales pueden desequilibrar a los niños, ya sea la muerte de una abuela querida, la separación de los padres, una mudanza y la correspondiente despedida de los amigos, el nacimiento de un hermano o el inicio de la vida escolar del niño.
Unos padres atentos pueden notar en sus hijos retrasos en el desarrollo, problemas de comportamiento y desequilibrios emocionales (demasiado triste, demasiado tímido, demasiado ansioso, etc.). En la escuela, las dificultades de concentración, la torpeza y la agresividad también pueden provocar conflictos con los profesores y los compañeros de clase, lo que a su vez puede causar un sinfín de situaciones problemáticas.
Asesoramiento
A veces, «sólo» se trata de aclarar si el niño necesita realmente un tratamiento de homeopatía infantil o si la necesidad de asesoramiento de los padres es más bien de carácter educativo/pedagógico o una cuestión de pareja/familia. Esto se debe a que una sintomatología de los niños puede surgir por diferentes motivos y la causa no forzosamente estar en el niño. Los niños suelen ser sólo los portadores de los síntomas.